Hay cientos de millones de usuarios de Internet. El cálculo estadístico de cuántos individuos tienen acceso a Internet ha perdido ya sentido. Hay clubes, cafés-Internet y locutorios públicos gestionados por instituciones privadas o públicas en ciudades de todo el mundo, incluyendo los países menos desarrollados, por lo que son miles de millones los individuos que pueden en cualquier momento, por un coste inferior a un euro, conectarse a Internet durante un rato. Esta extraordinaria facilidad de acceso y popularidad es el principal atractivo desde el punto de vista comercial pero también es la causa de que Internet esté abierto a todo tipo de indeseables.La seguridad en Internet y las leyes que la protegen, están basadas principalmente en los sistemas de encriptación.
La protección legal del comercio electrónico ha requerido también la elaboración de nuevas normas. La protección frente a la publicidad indeseada cuyo coste de transmisión recae sobre el consumidor requiere ahora un tratamiento diferente que cuando el coste recaía exclusivamente sobre el anunciante. El reconocimiento jurídico de las firmas electrónicas y del arbitraje electrónico en los países de la Unión Europea ha establecido un marco legal que garantiza la calidad de los certificados y agiliza los trámites judiciales. Los gobiernos de todo el mundo están interesados en promover el desarrollo del comercio electrónico por lo que están impulsando reformas legales y fiscales que permiten y agilicen las transacciones a través de Internet.